Los imperativos de limpieza y ultralimpieza se aplican a todos los procesos industriales de transferencia de fluidos. La distinción entre limpieza y ultralimpieza corresponde al nivel final de exigencia de las industrias correspondientes.
Hablamos de limpieza primaria cuando se trata de perfeccionar la construcción de equipamientos nuevos, de limpieza secundaria cuando se trata de limpiar instalaciones en servicio, y de ultralimpieza cuando se trata de cualificar superficies técnicas para aplicaciones nucleares, criogénicas, de ultravacío o farmacéuticas. Por ejemplo: piezas aeronáuticas
- Finalización de piezas de aviones
- Lixiviación de instalaciones industriales.
- Cualificación de redes farmacéuticas
Los niveles de limpieza obtenidos y garantizados responden a las exigencias más severas y permiten la cualificación final de los equipamientos antes de su puesta en servicio - caso de perfeccionamiento en nuevo - o la restauración en condiciones normales de funcionamiento - caso de limpiezas en mantenimiento.